
Si te inquieta pensar en dar el salto y lo pospones continuamente por miedo a lo desconocido, tengo el antídoto. Responder honestamente a estas siete preguntas te ayudarán a dar el paso definitivo.
Anota las respuestas y recuerda que pensar mucho nunca será tan productivo como vomitarlo todo sobre el papel y ponerte en acción.
Escribe de corrido y no pares a revisarlo; necesitas cantidad, no calidad. ¿Listo? ¡Allá vamos!
- Define claramente tu peor pesadilla y lo más terrible que podría pasarte si realizas lo que llevas tiempo pensando. ¿Qué dudas y miedos tienes? Imagínatelos elevados a la máxima potencia. ¿Te morirías? En una escala del 1 al 10, ¿qué gravedad tendrían las consecuencias? ¿Serían consecuencias permanentes? ¿Qué probabilidad real crees que hay de que ocurran?
- ¿Qué medidas podrías tomar para reparar los daños causados? Es muy posible que sea más fácil de lo que imaginas. ¿Cómo podrías volver a dominar la situación?
- ¿Cómo serían los resultados o beneficios de lo que es más probable que ocurra? Ahora que tienes claro cuál sería esa pesadilla y la realidad, ¿cuáles sería los resultados más probables pensando en positivo? ¿Qué repercusiones tendrían estas consecuencias positivas en una escala del 1 al 10? ¿Hay gente menos inteligente que tú que haya conseguido esto antes?
- Si te despidiesen hoy de tu trabajo, ¿Qué harías para financiarte tu vida? Ponte en esta situación y vuelve a contestar las preguntas 1, 2 y 3. ¿Cómo podrías retomar el mismo rumbo profesional si fuese absolutamente necesario?
- ¿Qué estás retrasando por miedo? Por regla general, lo que más miedo nos da hacer es lo que más necesitamos o queremos hacer. El miedo al resultado desconocido nos impide tomar acción. Decide qué es lo peor que puede pasar, asúmelo y hazlo. He leído en uno de los libros más prácticos y útiles que se han posado en mis manos la siguiente frase: Una persona en la vida se mide por la cantidad de conversaciones incómodas que está dispuesto a mantener. Decide hacer todos los días una cosa que te dé miedo.
- ¿Cuánto te está costando en dinero y, desgaste físico y emocional, retrasar pasar a la acción? No valores únicamente las desventajas de hacer algo; es igual de atroz el coste a pagar por no hacerlo nunca. Si no intentas hacer lo que te ilusiona, ¿dónde estarás dentro de un año, cinco o diez? ¿Cómo te sentirías sabiendo que pasaron diez años de tu finita vida, haciendo algo que no te llena? Seguramente entenderás que no actuar es el mayor riesgo que existe.
- ¿A qué estás esperando? Si no puedes responder a esta pregunta sin recurrir al concepto de que “no es buen momento”, la respuesta está muy clara; estás asustado, como el resto del mundo. Mide el coste de no actuar, date cuenta de que la mayoría de los errores son improbables y reparables. Y pasa a la acción de una vez, porque las estrellas nunca se alinearán como tú quieres.
¡Y ahora gánate un buen karma compartiendo el post!
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